Dos día después del atentado en contra del senador y precandidato del Partido Centro Democrático Miguel Uribe fueron pocos los avances en la investigación para establecer quienes están detrás de este nefasto hecho de violencia que cambia por completo el panorama político de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
Pero lo más grave en los pocos resultados, es que aunque se aprehendió a un menor de 14 años, señalado de dispararle al congresista, no se tienen hipótesis aún sobre los autores intelectuales de este intento de magnicidio y lo peor, un elemento probatorio clave, que se esperaría que estuviera bajo cadena de custodia, se refundió: el celular que portaba el adolescente.
Aunque recién lo aprehendieron trascendieron los pantallazos de un supuesto chat en el que el muchacho acuerda perpetrar el ataque, resultaron ser unas imágenes de las conversaciones que sostuvieron unos delincuentes en Medellín que se dedicaban a atracar a conductores plataformas, aclararon en el periódico El Tiempo.
Y lo más delicado es que no lo encuentran dentro de los elementos de prueba que se suponía que recolectaron los investigadores del caso, detallaron fuentes judiciales en la revista Semana.
En ese medio de comunicación destacaron también que en una de las grabaciones de la aprehensión del menor se evidencia que un hombre, al parecer miembro de la Unidad Nacional de Protección, le saca del bolsillo un objeto, que sería precisamente su teléfono, lo que prende las alarmas porque el contenido de las comunicaciones del dispositivo son cruciales para poder dar con quienes ordenaron el ataque.