La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) entregó dignamente los cuerpos de José Ariel Hoyos Aviles y Jorge Luis Flórez Avilez a su familia en Tierralta, poniendo fin a 18 años de incertidumbre sobre el paradero de los hermanos que partieron en 2007 hacia el Cesar en busca de trabajo.
Los cuerpos fueron identificados mediante pruebas de ADN realizadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal, después de ser recuperados en junio de 2022 del Cementerio Alterno de El Copey en el marco de una medida cautelar de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
«Mis hijos eran muy cariñosos y alegres. Ahora, con ellos de nuevo acá, me siento triste y también contenta porque están en su tierra otra vez», expresó con voz quebrada Marta Avilés, madre de los jóvenes, quien los recordó por su amor al sancocho de gallina que les preparaba.
Los hermanos, de 21 y 23 años respectivamente, salieron de Tierralta en 2007 tras recibir una oferta laboral en el Cesar. «Mis hijos trabajaban conmigo en el campo. Un día alguien los llamó para trabajar en el Cesar, se fueron y, desde entonces, no volvimos a saber de ellos», relató José Vicente, el padre, quien los apodaba cariñosamente ‘Pacheco’ y ‘El Pelú’.
En 2014, la Fiscalía contactó a la familia con la noticia de que habían sido asesinados, pero José Vicente no pudo costear el traslado de los cuerpos desde Valledupar.
El proceso de identificación culminó en julio de 2025, cuando Medicina Legal confirmó la identificación positiva tras las muestras de ADN tomadas en noviembre de 2024 durante jornadas de atención de la UBPD en Tierralta.
Juan Carlos Zuleta Quiñones, coordinador de la UBPD en Córdoba, destacó que este caso es significativo para Tierralta, municipio que registra 919 personas desaparecidas según el Universo de Datos de la entidad.
La entrega digna fue resultado del trabajo articulado entre la UBPD, la JEP y Medicina Legal, cerrando un doloroso capítulo para una familia que nunca perdió la esperanza de reencontrarse con sus seres queridos.
