El feminicidio de Nawar Jiménez, mujer trans y reconocida lideresa del proceso colectivo LGBTIQ+ de El Carmen de Bolívar, ha generado una ola de pronunciamientos institucionales que evidencian la grave crisis de seguridad que atraviesa la población diversa en los Montes de María.
El homicidio de Jiménez se inscribe en una preocupante escalada de violencia que incluye amenazas, hostigamientos y señalamientos sistemáticos contra la comunidad LGBTIQ+ en esta región estratégica del país, donde los grupos armados ilegales mantienen presencia y disputan el control territorial.
Pronunciamientos institucionales convergentes
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) calificó el crimen como parte de «una serie de amenazas, hostigamientos y señalamientos que han puesto en riesgo a la población LGBTIQ+ en todo el país, y de manera particular en los Montes de María». Por su parte, la Dirección Territorial Bolívar y San Andrés de la Unidad para las Víctimas, bajo el liderazgo de Lidy Ramírez Palencia, expresó su «más enérgico rechazo» por el homicidio de quien formaba parte del sujeto de reparación colectiva LGBTIQ+ del municipio.
Ambas instituciones coinciden en señalar que Jiménez era víctima del conflicto armado y representaba «un ejemplo de resistencia, dignidad y compromiso con la transformación social» en una región históricamente abandonada por el Estado.
Crisis territorial en los Montes de María
Los Montes de María continúan siendo escenario de violencia sistemática contra líderes sociales y defensores de derechos humanos. El asesinato de Nawar Jiménez se inscribe en una preocupante escalada que afecta especialmente a quienes trabajan por la defensa de derechos de poblaciones diversas en territorios donde persiste la presencia de grupos armados ilegales.
El colectivo LGBTIQ+ de El Carmen de Bolívar, acompañado por organizaciones como Caribe Afirmativo, había desarrollado un importante trabajo de visibilización en un territorio tradicionalmente conservador y marcado por décadas de conflicto armado.
